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RUMIHURCO o Cerro de Piedra en Kichwa, nace como una iniciativa de rescatar y potenciar el arte de un grupo de picapedreros ecuatorianos, convirtiéndose junto a ellos en un estudio de diseño de lámparas artesanales, hechas principalmente con piedra negra y volcánica; fusionando la habilidad y práctica centenaria del artesano, nuestra pasión por la iluminación y el diseño, con un enfoque decorativo y funcional.
RUMIHURCO propone piezas únicas, que por su origen permiten fusionar lo natural en cualquier ambiente, integrando lo rústico y lo elegante, cuidando al detalle el manejo de la textura y la luz.
¿El resultado? una obra de arte, una escultura durante el día, y una lámpara capaz de ambientar con diseños y formas de iluminación durante la noche.
UN LEGADO LLENO DE ARTE
El atractivo espectáculo de los picapedreros de Rumihurco.
El artesano no escatima esfuerzos para sus creaciones y le dedica todo el tiempo posible para terminar una obra.
Todo es posible de crear por las hábiles manos de los artesanos que se dedican a hacer de la piedra verdaderas obras de arte.
El sector de los picapedreros es catalogado como un ícono para la provincia del Cañar. Las autoridades municipales tratan de brindar apoyo para que ellos y sus cinceles no desaparezcan.
Según sus propios habitantes, en los años ochenta y noventa este lugar estuvo a punto de quedarse abandonado debido a la migración de su gente. Los picapedreros son los únicos que no se han movido y luchan cada día por salir adelante con sus obras.
La herencia de su trabajo pasará de generación en generación y se sienten orgullosos de mantener vivo un oficio de cientos de años.
La Iglesia San Alfonso de Cojitambo, que se encuentra a 5 minutos de RUMIHURCO, es uno de los principales atractivos de la parroquia, esta se construyó con las piedras del cerro y es orgullo de sus habitantes.
La construcción del templo inició en 1957 por iniciativa del entonces párroco Alberto Sánchez Luna que motivó a las personas a realizar mingas, incluso a cambio de las limosnas.
La iglesia de estilo grecorromano se inauguró en 1992 luego de 35 años de arduo trabajo de estos hábiles y fuertes hombres.